Comunicación Nº 19


Comunicado n. 19


Hace unos días tuve la oportunidad de compartir con los lasallistas de México la celebración del compromiso de Asociación de Lourdes Lavaniegos. Lourdes es una lasallista muy comprometida, también es rectora de la Universidad La Salle de Pachuca. Desde inicios de este año un grupo de profesores comenzó una experiencia de comunidad en esta obra lasallista. Ella ha sido acompañada en este proceso por el Hno. Pedro Orbezua. Al finalizar un retiro para más de 60 educadores y Hermanos leyó el siguiente texto:

Fórmula de compromiso de Asociación

Dios uno y trino: que me has dado el don de la vida, me has mostrado como vivirla y me acompañas por el camino; consciente de tu presencia, después de un proceso de discernimiento y de diálogo con mi esposo; ante ti y ante los presentes, quiero dar respuesta a tu llamado.

Por eso: Yo, María de Lourdes Lavaniegos González, me comprometo:

A contribuir con Hermanos y seglares lasalianos. juntos y por asociación, en la misión de educar cristianamente a las personas que pones a nuestro cuidado, dedicando particular atención a las más pobres.

A velar por mi desarrollo espiritual compartiendo mi fe con los que me rodean.

A mantener los ojos atentos a tus signos, el corazón encendido mediante la oración y las manos dispuestas para aquello que se me solicite.

Prometo cumplir este compromiso durante un año.

Señor, concédeme humildad, prudencia y sabiduría para que tu grandeza se transparente a través de mi quehacer cotidiano y se sume a la construcción del Reino del amor al que nos convocas. Dame la fuerza de tu Espíritu, para ser testigo fiel de tu verdad unida a todos los lasallistas del mundo

En fe de lo anterior, firmo en Tetela, Cuernavaca (México) el 28 de septiembre de 2019.

Al terminar la ceremonia, le pedí que me explicara cuáles habían sido las motivaciones que le habían llevado a dar este paso:

“Las tareas para el Director de una obra lasallista,
según las entiendo, son tres: primero, que exista estabilidad para no
preocuparse por asuntos de poca monta y así dedicarse enteramente a la
educación, según lo vivió el Fundador; segundo “que la escuela marche bien”,
según lo marcó y, tercero, que exista una comunidad de maestros que, viviendo
el carisma, nutra y fortalezca las relaciones dentro del centro escolar.

La primera tarea se cumple con un buen curso de
administración y se prueba con facilidad, auditando los resultados financieros.
La segunda, se realiza con la capacitación de los maestros, y se prueba, no tan
fácilmente, mediante la evaluación de los alumnos. Pero la tercera, que ofrece
fondo y profundidad a las otras dos y que es realmente el origen de la
educación lasallista, no puede probarse, porque una verdadera comunidad es la
unión de los corazones que vibran al mismo son y eso no se ve a simple vista… no
hay certeza.

Al leer “Es buena norma de conducta no hacer distinción
entre los asuntos propios del estado y los problemas de la salvación y
perfección propias…” (R.P.3.0.3) y al escuchar al Hermano Schieler pedir que
formemos comunidades de fe, no es posible cerrar los ojos y los oídos si se
quiere ser lasallista. 

Por eso solicité hacer una promesa explícita de Asociación, detallo las razones producto de mi discernimiento:

  • Porque soy débil y necesito comprometerme seriamente a desarrollar mi espiritualidad, para poder contagiarla.
  • Porque en Pachuca, aunque vamos bien acompañados por la comunidad de Hermanos de la Ciudad de México; en el caminar cotidiano, no hay quien sea “memoria y garantía” del carisma, y es fácil errar el camino de manera imperceptible, por eso una comunidad asociada haría un servicio invaluable.
  • Porque la comunidad de educadores, para tener identidad, requiere hacer patente que somos parte del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y que, si bien esto nos protege, también nos obliga a una obediencia dialogada que nos permita mantenernos unidos en la diversidad.
  • Porque necesitamos develar a los Hermanos nuestras circunstancias como seglares, porque a veces no las perciben y las pasan por alto.
  • Porque nuestra Iglesia local necesita tomarnos en serio como comunidad constructora del Reino de Dios.
  • Porque la sociedad plurirreligiosa que nos alberga, debe notar que nuestra intención educativa parte de la inspiración cristiana que nos define y que es una opción incluyente y pertinente en el mundo actual.

Hace unos
días hice la promesa explícita de asociarme con los lasallistas del mundo, fue
un día de fuertes emociones: nerviosismo, alegría; pero sobre todo un día en el
que me supe acompañada por los Hermanos, por mi esposo y por los queridos
miembros de la comunidad de asociados que va creciendo poco a poco en nuestra
Universidad.  Espero ser la primera de
muchos y bueno, alguien tenía que empezar.

Así como atesoro mi acta de matrimonio, porque un día sentimos la necesidad de anunciar con voces fuertes y claras, nuestra identidad como pareja; así atesoraré el acta que firmé ayer, porque he sentido la necesidad de anunciar que el carisma lasallista se ha adentrado hasta mis huesos y para mí, decirlo de manera fuerte y clara significa “no hacer distinción entre los asuntos propios de mi estado y los de mi salvación.  

Lourdes Lavaniegos. Pachuca, México.”


Como en cada comunicados les invitamos a compartir algunas cuestiones:
1.- ¿Cómo viven ustedes el “formar comunidad de fe”?
2.- ¿Qué le desafía a usted en este testimonio?

Roma, 15 de octubre de 2019
 Sra. Heather Ruple Gilson y Hermano Paco Chiva,
Secretarios para la Asociación.


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