In memoriam Hno. Vincent de Paul Rabemahafaly (1933 – 2025)
El pasado 27 de septiembre de 2025, a la edad de 92 años, falleció el Hno. Vincent de Paul Rabemahafaly, quien fuera Consejero General del Instituto a lo largo de 17 años, siendo Superior General del Instituto el Hno. José Pablo Basterrechea (1976 – 1986) y durante el primer periodo del Hno. John Johnston como Superior General (1986 – 1993).
El Hno. Vincent pertenecía al Distrito de Madagascar. Nació el 26 de marzo de 1933 en Ambositra —en la región central de Madagascar—. En 1951, a los 18 años, ingresó al noviciado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Soavimbohoaka, y emitió sus primeros votos en 1952. Posteriormente, en 1958, tras vivir la etapa de formación en el escolasticado y ejercer la docencia en algunas instituciones lasalianas, como la École Frère Raphaël Rafiringa y el Juvenat Notre-Dame de Lourdes, realizó sus votos perpetuos.
Entre 1961 y 1965, continuó sus estudios académicos en el Instituto Jesus Magister, en Roma, y a partir de 1966 le fueron confiadas varias responsabilidades en su Distrito, primero como subdirector y director del Collège Stella-Maris, en Toamasina, y luego, como Visitador entre 1968 y 1973.
Liderazgo pionero
A partir de 1973 el Hno. Vincent se trasladó a la Casa Generalicia, en Roma, para asumir la subdirección del Centro Internacional Lasaliano (CIL), hasta su nombramiento como Consejero General por la Región Lasaliana de África-Madagascar (RELAF), en 1976, responsabilidad que asumió por dos periodos, hasta 1993, cuando regresó al Distrito de Madagascar para asumir un nuevo mandato como Visitador (1993 – 1996).
Ampliamente reconocido por su intensa labor pionera en la constitución de la RELAF, el Hno. Vincent también prestó diversos servicios a la Iglesia de su país, siendo Secretario de la Conferencia Episcopal de Madagascar por varios años.
Desde 2019 residía en la Communauté de Saint Joseph Maison de Retraite. “Mi último encuentro con el Hno. Vincent se remonta al 8 de agosto de 2025, cuando lo visité en su comunidad de Ambohimangakely”, comenta el Hno. Anatole Diretenadji, Consejero General. “Aunque estaba en silla de ruedas, se encontraba de buen humor y participó plenamente en nuestra conversación. Era evidente su alegría, sobre todo cuando le transmití los saludos del Superior General y del Consejo General”.
Ante su partida a la casa del Padre, el Hno. Anatole da gracias a Dios por su vida “dedicada a la fe y a la Misión Educativa Lasaliana, vivida con alegría constante y humildad ejemplar. El Hermano Vincent fue un verdadero modelo de fidelidad para todos nosotros, y su compromiso y devoción por su vocación han iluminado el camino de muchos Hermanos”. “Que su legado de amor, servicio y fe siga inspirándonos a todos a vivir nuestros compromisos con la misma voluntad y bondad”, agrega el Consejero General de la RELAF.
“Un ícono para nuestro Instituto”
Por su parte, el Hno. Julien Ratsimbazafy, Visitador del Distrito de Madagascar, lo recuerda con cariño y gratitud: “el Hno. Vincent era un religioso que tenía su lugar en la Iglesia, en la Congregación y en su familia. Siempre mantenía la comunión y la fraternidad; siempre estaba dispuesto a ayudar a los necesitados”. “No solo era un Hermano ejemplar en su forma de ser —añade el Hno. Julien—, sino que también era un ícono para nuestro Instituto”. Incluso, el compromiso con la ecología integral no le era ajeno, pues “se distinguía por su amor por la plantación de árboles, respondiendo así a la cuestión ecológica”.
El Hno. Urbain Andrinirina, Secretario de la RELAF, quien también pertenece al Distrito de Madagascar, recuerda con profundo aprecio y admiración al Hno. Vincent: “en 2017 tuve la suerte de trabajar en el Santuario del Beato Rafiringa en Soavimbahoaka (Antananarivo), a su lado. Teníamos interesantes anécdotas que contar y profundas conversaciones sobre nuestra vocación de educadores y religiosos laicos en la Iglesia Católica”. Desde entonces, continúa el Hno. Urbain, “siempre he recordado su gran inteligencia, su humildad y su serenidad. Su entrega como Hermano me ha convencido de que es posible lograr grandes cosas de una manera hermosa y silenciosa”, agrega, reconociendo que “es un verdadero héroe para la nueva generación de hoy y es la persona que me inspiró a convertirme en Hermano de La Salle”.
“Puedo dar testimonio —asevera el Hno. Urbain— de que el Hno. Vincent supo combinar nuestras tradiciones malgaches y el mensaje del Evangelio. Sabía utilizar su agudo ingenio y su facilidad para hablar, creo, más de cinco idiomas, para compartir su sabiduría y sus reflexiones. Su ejemplo me animó a continuar mi aventura intelectual en la literatura, los idiomas y la cultura”.
Sus últimos días
Al evocar su último y emotivo encuentro con el Hno. Vincent, en noviembre de 2024 fue, cuando el Comité Permanente de Hermanos Jóvenes visitó la residencia de Hermanos mayores en Ambohimangakely, el Hno. Urbain comenta que, aunque “no podía articular bien las palabras, su mente ágil seguía siendo la misma, y todos escuchábamos con atención sus interesantes historias como Consejero General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas”. “Recuerdo que su cuerpo estaba debilitado, pero su mente seguía siendo la de un verdadero intelectual: sabia, prudente, tranquila y atenta”.
El Hno. Urbain Andrinirina confía en su intercesión y las de los Beatos Hermanos Scubilion y Rafiringa, por “nuestro querido país, Madagascar, que atraviesa un período difícil, tanto política como socialmente”. Aún más, considera que “es muy significativo que la Iglesia Católica conmemore, el mismo día del fallecimiento del Hno. Vincent, la entrada en el cielo de su santo patrón, un verdadero apóstol de la caridad, san Vicente de Paúl, y que nuestro Instituto celebre también la fiesta de nuestro Beato Hermano Escubilión, quien hizo oír la voz de los esclavos en la isla de La Reunión”.
“Su muerte nos ha dejado un gran vacío. Que descanse en paz en el Señor”, concluye el Hno. Julien Ratsimbazafy, Visitador del Distrito de Madagascar.