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15 de mayo de 2022

Dios es tan bueno que, una vez creados por Él los hombres,
quiere que lleguen al conocimiento de la verdad
(MTR 193.1)

Queridos Hermanos y Lasallistas:

Recordamos la vida y el testimonio de Juan Bautista de La Salle en un momento en el que nuestro mundo está sufriendo y las nubes oscuras se ciernen sobre nuestra casa común.  El mundo actual es, en cierto modo, similar al de La Salle. Al igual que el Fundador y los primeros Hermanos, no nos dejamos desanimar por los desafíos actuales. Como ellos, estamos llamados a ser comunidades de esperanza para los pobres y las clases trabajadoras.  Damos testimonio de esperanza sabiendo que:

Dios, que difunde a través del ministerio de los hombres el olor de su doctrina por todo el mundo, y que ordenó que la luz surgiese de las tinieblas, ha iluminado Él mismo los corazones de aquellos a quienes ha destinado a anunciar su palabra a los niños, para que puedan iluminarlos descubriéndoles la gloria de Dios.
(MTR 193.1)

Me siento inspirado por nuestra Familia Lasallista que, a través del testimonio de fraternidad y de actos concretos de solidaridad, está contribuyendo a disipar las nubes de la oscuridad por medio de nuestro ministerio de educación humana y cristiana.  Agradezco a todos los Hermanos y Colaboradores que testimonian firmemente la alegría de Cristo en sus vidas. Ustedes son faros de esperanza para quienes se ven zarandeados en un mar de desesperación, violencia y profanación del medio ambiente.  Al hacerlo, proclaman en voz alta: Estamos juntos en esto y unidos permanecemos como hermanas y hermanos.

La vida de Juan Bautista de La Salle es la historia de un hombre en búsqueda de nuevos caminos para transformar vidas; es decir, para descubrir nuevas formas de anunciar la presencia salvífica de Dios que nos sale al encuentro en nuestras vidas y en el mundo. Honramos a este hombre santo y continuamos la historia lasallista descubriendo nuevas formas de educar a los niños y jóvenes para que traten a todas las personas con afecto fraternal.  De este modo, nos convertimos en portadores de vida y agentes de sanación para nuestro mundo.

¡Feliz fiesta!

Hermano Robert Schieler, FSC
Hermano Superior