Papa León XIV: “Queremos ser levadura de unidad, comunión y fraternidad”
“Hermanos y hermanas, quisiera una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”. Este ha sido el primer deseo expresado por el papa León XIV en la misa que marcó el inicio de su pontificado el domingo 18 de mayo 2025, en la Plaza de San Pedro, con la participación de más de 200.000 personas, incluyendo buena parte del Colegio Cardenalicio, cientos de obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, y unas 150 delegaciones de varios países, iglesias y organismos internacionales.
Fraternidad universal
“La vocación de la Iglesia es ser fermento para construir esta fraternidad universal”, ha comentado el Hno. Joël Palud, Consejero General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, consultado por el canal de televisión France 24 al concluir la eucaristía, al destacar que “el primer tema que surgió fue, sin duda, un llamamiento a la unidad (…). En este sentido, está en línea con el Papa Francisco y con Fratelli tutti. Así que creo que es un mensaje espiritual profundo, pero al servicio de una humanidad que necesita reconciliarse”.
Al iniciar su ministerio petrino Robert Prevost es consciente de que, “en nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”.
“Vivimos en un mundo verdaderamente turbulento”, comenta el Hno. Joël, subrayando el llamamiento que el papa ha hecho a la paz en sus primeros discursos y homilías.
“En Cristo somos uno”
Ante esto, “nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad”, ha dicho el obispo de Roma, ponderando que “amor y unidad: estas son las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro, para formar su única familia: en el único Cristo somos uno”.
En consecuencia, León XIV ha animado a la Iglesia a “ofrecer el amor de Dios a todos, para que se realice esa unidad que no anula las diferencias, sino que valora la historia personal de cada uno y la cultura social y religiosa de cada pueblo”. Así, desde una perspectiva misionera, “el espíritu que debe animarnos, sin encerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo”.
“Es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, para construir un mundo nuevo donde reine la paz”, ha destacado el pontífice.
Aquí emerge “el linaje del Papa Francisco con esa Iglesia que sale a las periferias”, ha aseverado el Hno. Joël ante las cámaras de France24, “y creo que en esto se encarna la dimensión misionera de la Iglesia”, continúa, pues “es difícil hablar de estar al servicio de una Iglesia que sufre sin estar con esa Iglesia que sufre y en todos los lugares donde puede estar sufriendo”.
Por eso, “el papa León XIV situó su propio ministerio en el lugar adecuado: ‘estoy aquí para caminar con ustedes’, dondequiera que estén, y esta es, en efecto, la experiencia de la vida religiosa, de los misioneros que están cerca del terreno y que están verdaderamente al servicio de la humanidad. Esta fraternidad no se construye en los despachos vaticanos, bien lo sabe el Papa, se construye allí donde la gente sufre”, concluye el Hno. Joël Palud.