Presentación del tema del año

Hermano Aidan Kilty (24 de septiembrede 2020)

El 24 de septiembre de 2020, por primera vez en mucho tiempo, en el Aula Magna de la Casa Generalicia del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, el Consejo General se ha reunido con todos los empleados, para marcar el comienzo del nuevo año de trabajo, después de los momentos difíciles de estos últimos meses, en los que hemos estados a obligados a permanecer en casa y a hacer algún cambio sustancial en nuestros hábitos.

Aprovechando la ocasión, el Hermano Aidan Kilty (Consejero de la RELEM) compartió con todos los presentes su reflexión personal sobre el tema del año:


Buenos días a todos. En los próximos minutos me gustaría dirigirles unas palabras sobre el tema lasaliano que hemos elegido para este año. Como bien saben, el tema es: Tú eres parte del Milagro. Nuestra visión, nuestra pasión, nuestro futuro. A simple vista, se podría pensar que esto tiene poco que ver con nosotros aquí en la Casa, que realmente sólo concierne a los que están fuera, en el mundo lasaliano, a los directamente involucrados en la educación lasaliana en los miles de escuelas, colegios, centros y universidades de todo el Instituto. Ciertamente, no hay duda de que este tema resuena en todos los auténticos lasalianos comprometidos con la educación, ya que recuerda las poderosas e inspiradoras palabras de San Juan Bautista de La Salle a todos aquellos implicados en la Misión lasaliana: “el mayor milagro que podéis realizar” es “tocar el corazón de vuestros alumnos e inspirarles el espíritu cristiano… porque esta es la finalidad de vuestra obra…” (Med 139.3).

Sin embargo, la inspiración del Evangelio para el tema de este año es el milagro de dar de comer a los cinco mil con “cinco panes y dos peces” en el Evangelio de Mateo, que puede aplicarse a todos nosotros en nuestra vida diaria, independientemente de la naturaleza de nuestro trabajo. Todos tenemos algo que ofrecer, todos tenemos nuestros propios cinco panes y dos peces, que, con la gracia de Dios, pueden hacer de nuestro mundo un lugar mejor en la medida en que estemos preparados para compartir lo que tenemos. Y el mundo al que me refiero no es un mundo educativo lasaliano lejano o remoto; es el mundo de nuestras familias, nuestros amigos y nuestro trabajo aquí en la Casa.

Esto también es parte de lo que significa ser lasaliano. En el corazón de la misión lasaliana, en el corazón de la visión lasaliana, están las relaciones entre alumnos y profesores, entre profesores y padres, entre quienes colaboran en cualquiera de nuestras casas o centros por el bien común. Todos ellos están llamados, en palabras de Juan Bautista De La Salle, a realizar el milagro de “tocar corazones”.

¿Y cómo se manifiesta esto aquí en la Casa? “Tocamos corazones” por medio de la calidad de nuestras relaciones, en la forma en que nos acercamos y nos apoyamos los unos a los otros, en la forma en que nos tratamos, en la sonrisa acogedora que nos damos, en la forma en que hablamos entre nosotros mismos y a los demás. En la medida en que nos tratemos con respeto y compasión, aquí en la Casa nos hacemos parte del milagro de “tocar corazones”. Evidentemente, esto no es exclusivo de los lasalianos, todos tenemos el desafío de ser respetuosos y compasivos independientemente de nuestras creencias religiosas, que son parte del ser plenamente humano; pero, sin embargo, es una de las características que nos identifica como lasalianos y nos ayuda a crear una auténtica comunidad lasaliana.

El relato evangélico de dar de comer a los cinco mil, relata que los discípulos se acercaron a Jesús y le pidieron que “enviara a la gente a las aldeas a comprar comida”; la respuesta de Jesús fue… “dadles vosotros mismos de comer…” La Reflexión Lasaliana número 6 destaca una serie de ejemplos significativos de cómo los lasalianos de todo el mundo han respondido al desafío de Jesús de “dadles vosotros mismos de comer…” En la reflexión pueden leer, por ejemplo, sobre la respuesta del Distrito del Canadá francófono de crear un centro de acogida para una comunidad de inmigrantes con problemas económicos y de aislamiento cultural; o la respuesta del Colegio de San Benilde en Filipinas para ofrecer oportunidades educativas a jóvenes con discapacidades como ceguera y sordera o aquellos con problemas de salud mental. Más cerca, en Scampia, al sur de Italia, comprobarán que CasArcoBaleno fue creada en respuesta a las necesidades educativas y espirituales de los jóvenes napolitanos y rom que viven en una pobreza extrema, vulnerables a las amenazas y a la presión de la delincuencia organizada. También pueden leer sobre el Proyecto Fratelli, que algunos de ustedes ya conocen, un proyecto conjunto de los Hermanos De La Salle y los Hermanos Maristas en el Líbano, para tratar con los refugiados sirios e iraquíes de la guerra y la persecución religiosa.

Es evidente que, al vivir y trabajar aquí en la Casa, no estamos en situación de participar directamente en los milagros de compasión y generosidad que estas y otras tantas iniciativas representan en todo nuestro mundo lasaliano. Sin embargo, como mencioné hace unos minutos, el milagro de “tocar corazones” está abierto a todos nosotros aquí en la Casa a través de la calidad de nuestras relaciones diarias, por nuestro apoyo al Instituto a través de nuestros diversos departamentos y secretariados, y a través de nuestra tarea de asegurar que la Casa sea un ambiente propicio, acogedor y hospitalario para todos los huéspedes, especialmente para los lasalianos de todo el mundo que vienen a hacer uso de nuestras instalaciones durante todo el año. Todos ustedes son una parte fundamental de la Misión lasaliana y todos tienen la oportunidad de ser “parte del milagro”. El Hermano Superior y su Consejo están muy agradecidos a todos ustedes por su papel esencial en el desarrollo de la Misión lasaliana.

Gracias a todos.