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El próximo 22 de noviembre de 2025 se celebrarán los votos perpetuos del Hno. Ivan Karlo Umali, FSC, del Distrito LEAD, y del Hno. Donatien Ravonasandratra, del Distrito de Magagascar.

Los votos del Hno. Ivan se pronunciarán en la Capilla del Divino Niño, La Salle Green Hills, Mandaluyong City, Filipinas.

El Hno. Ivan es un Hermano filipino del Distrito Lasaliano de Asia Oriental (LEAD). Procede del centro De La Salle Lipa, donde se graduó en contabilidad en 2014. Ingresó en el noviciado de la Región PARC el 9 de agosto de 2017 y profesó sus primeros votos el 25 de agosto de 2018. Ha impartido clases y desempeñado funciones administrativas en De La Salle Lipa, La Salle Academy (Iligan) y La Salle University (Ozamiz). El Hermano Ivan se encuentra actualmente en Holy Infancy Brothers’ Community en Iligan City.

El Hno. Ivan Karlo Umali FSC, por su parte, decidió dedicar su vida a la Misión Educativa Lasaliana. Criado en San José, Batangas, inicialmente soñaba con ser médico o abogado, rechazando categóricamente la idea de la docencia o el sacerdocio. Sin embargo, se unió al Programa de Aspirantes de los Hermanos en 2011, durante su segundo año en De La Salle Lipa, impulsado por la curiosidad y el deseo de explorar la fe y el sentido de la vida.

Después de obtener su licenciatura en Contabilidad y trabajar en el sector empresarial, comenzó a sentir un vacío interior a pesar de su éxito profesional. Esto le llevó a renunciar a su trabajo y a retomar el camino del discernimiento con los Hermanos. Comenzó a enseñar y descubrió una alegría inesperada en la educación, lo que le acercó aún más a la vocación religiosa. «En los alumnos encontré un sentido y una realización que nunca había experimentado en el mundo empresarial», cuenta el Hno. Iván. «La enseñanza me permitió entrar en contacto con los alumnos, promover la creatividad y encontrar un sentido de pertenencia. Todo ello me llevó a abrazar mi vocación de Hermano de La Salle».

«En 2016 ingresé en el Postulantado y posteriormente en el Noviciado, donde recibí el hábito y profundicé en la comprensión de la Misión Lasaliana. Durante los años de formación y las experiencias de docencia y misión en diferentes comunidades, maduré la decisión de vivir plenamente los votos religiosos. A través de retiros espirituales y reflexiones personales, pude afrontar mis miedos e inseguridades hasta madurar mi elección definitiva», revela el Hno. Iván. 

«Dios me ha acompañado constantemente en cada etapa de mi vida, ayudándome a encontrar claridad y satisfacción. Mis votos perpetuos son un acto de amor y gratitud por la fidelidad duradera de Dios hacia mí», concluye el Hno. Ivan. 

El Hermano Donatien Ravonasandratra, nacido en 1996 en un pequeño pueblo de la región de Itasy, es el menor de diez hermanos y desde pequeño soñaba con ser sacerdote. 

«Desde muy temprana edad, mis hermanos y hermanas y yo recibimos una sólida educación cristiana. Mi padre, un apasionado músico, nos enseñó a tocar varios instrumentos y juntos cantábamos canciones del Evangelio». «Sin duda, fue en este ambiente espiritual y musical —continúa el Hermano Donatien— donde empecé a sentir, en lo más profundo de mi corazón, la llamada a la vida consagrada». 

Criado en un internado, estudió posteriormente con las Hermanas Guadalupanas de Ankazobe, en el distrito de su pueblo. Allí conoció al hermano Jean de Dieu Randrianasolo Zafimamonjy, que había venido a impartir un curso de formación para profesores. «Al salir de misa, me saludó y me preguntó si quería ser Hermano», comenta el Hermano Donatien. 

«Acepté y en mi discernimiento inicial me acompañaron las Hermanas Guadalupanas». 

Se gradúa en 2014 y luego ingresa en el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Tras un año de prácticas en Saint-Louis Ambositra, en 2015, comienza su formación en el Postulantado, de 2016 a 2018. 

Tras el Noviciado, realiza el Escolasticado durante tres años para completar su formación en 2022. 

«Posteriormente, trabajé durante dos años (2022-2024) como prefecto de estudios en la escuela Rafiringa Faravohitra, y luego un año en la escuela Stella Maris (2024-2025), siempre con la misma función. Fue allí donde le pedí a mi Visitador mi profesión definitiva en la Congregación».

«Desde mi primer día de formación —cuenta el Hno. Donatien— nunca he dudado de mi vocación. Cuanto más avanzo, más cómodo y feliz me siento con mi elección».
«Siento una profunda alegría y un verdadero sentido de pertenencia a mi fraternidad, así como una energía especial, sobre todo cuando me encuentro con los alumnos, en la escuela o en clase». 

«Mi mayor deseo —continúa diciendo el Hno. Donatien— es llegar a ser un educador con el corazón y el alma, siguiendo el ejemplo de mi padre y, sobre todo, permaneciendo fiel al camino trazado por nuestro fundador La Salle y por el beato Rafiringa; acompañar a cada niño en su crecimiento, ayudarle a convertirse plenamente en sí mismo, pero sobre todo responder al proyecto que Dios tiene para mi vida».