image_pdfPDFimage_printPRINT

El martes, 1 de octubre tuvo lugar en la Casa Generalicia la entrega del título de Afiliación al Instituto al Sr. Rafael Morera y a su esposa Sra. Vivian de Morera. El Sr. Rafael es un antiguo alumno de La Salle de Cuba y junto con su esposa han ayudado a construir o mejorar diversos centros educativos Lasalianos: Centro de Promoción Femenina en Anosibe (Madagascar), aulas de educación infantil y primaria en Trujillo y Lima (Perú) y el colegio de las Hermanas Guadalupanas en Ruanda. En este momento apoyan también diversas actividades educativas  en Cuba. Su generosidad es grande pero su amor y pasión por la misión Lasallista es aún mayor. El título de afiliación fue solicitado por el Hno. Tim Coldwel en nombre de la Región RELAN entregado por el Hno. Robert Schieler, Superior General. 

En una carta el Sr. Rafael agradeció al Instituto esta distinción. Ofrecemos aquí algunos de los párrafos de dicha carta:

La afiliación especial al Instituto de los Hermanos de La Salle que nos ha sido otorgada es una bendición que recibiremos con humildad y alegría.

Los Hermanos de La Salle y su mensaje han sido para mí el centro de mi vida; nuestros hijos y nietos saben que La Salle ha sido mi fortaleza.

Comencé a asistir a la escuela de los Hermanos en La Habana cuando tenía cinco años. Allí me educaron hasta el año 1960. Cuando tenía catorce años el gobierno cubano se declaró comunista y cerró todas las escuelas católicas. Todos los sacerdotes y hermanos de diferentes congregaciones que dirigían las escuelas fueron expulsados del país.

Fue literalmente en el Colegio La Salle cuando, asistiendo a clases aquel día, una multitud entró y empezó a saquear la escuela y se llevó a los Hermanos a la cárcel, una experiencia que no se puede olvidar.

Poco después emigré de Cuba para ir a los Estados Unidos bajo la Operación Peter Pan para niños no acompañados. A los diecisiete años fui a la ciudad de Nueva York para empezar una nueva vida. Conseguí un trabajo en Saks de la Quinta Avenida, justo al lado de la Catedral de San Patricio. Fue en aquí donde Dios me conectó de nuevo con La Salle. Hay un altar en la catedral dedicado a nuestro Fundador y fue en los bancos frente al altar donde pasé muchos momentos durante toda mi vida pensando y rezando para pedirle que me guiara.  La Salle nunca me ha abandonado y ha seguido conmigo durante toda mi vida.

Esta afiliación fue programada para coincidir con el Año de las Vocaciones Lasalianas, que marca el 300 aniversario de la entrada de San Juan Bautista de La Salle en la vida eterna y celebra el impacto de la misión que él inició. El 300 aniversario ofreció una oportunidad especial para reconocer, honrar y celebrar a estos lasalianos cuyos corazones se mantienen ardientes por la misión.