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La Salle Foundation supervisa las obras educativas lasalianas para los más vulnerables

A. tiene ocho años y es uno de nuestros alumnos del St. Xavier Boys College de Mannar, en el noreste de Sri Lanka. Como la mayoría de sus compañeros, A. es de origen tamil, un grupo minoritario marginado durante mucho tiempo, que habla la lengua tamil en un país donde el cingalés es la lengua dominante.

La familia de A., como casi todas las familias tamiles de esta zona, se dedica a la pesca y a la agricultura de subsistencia. Su casa es muy sencilla, y la comparte con sus padres y tres hermanos.

Todos los días, A. va en bicicleta a su escuela. Atraviesa aldeas de pescadores, caminos de tierra sombreados por palmeras y llega al recinto del St. Xavier Boys College. Está muy orgulloso, el colegio La Salle es uno de los más antiguos y conocidos de la zona. Muchos antiguos alumnos, con la formación recibida, han llegado a ser importantes y consumados profesionales que, agradecidos al colegio, siguen apoyándolo con sus donativos. Son ellos, los antiguos alumnos, quienes han garantizado que A. tenga uniforme y mochila. Es una escuela pública, pero dirigida por los Hermanos de La Salle, que velan por su calidad e inclusión.

A. no creía que podría tener grandes sueños para su futuro, pero los Hermanos y los profesores le animan a creer en sí mismo y a trabajar duro para construir el mañana que quiere para él, su familia y su comunidad.

Recientemente se ha construido una residencia para 80 alumnos de secundaria en el St. Xavier Boys College. Debido al estado de las carreteras y del transporte público, muchos estudiantes tardan varias horas en llegar a la escuela y tienen que cambiar incluso dos o tres autobuses para recorrer unos pocos kilómetros. Muchos de ellos tampoco tienen electricidad en casa para poder estudiar y preparar los exámenes. Por estas razones y para ayudar a sus familias a mantenerse, muchos de ellos acaban abandonando la escuela y renunciando a sus sueños.

Por eso la presencia de esta nueva residencia es tan transcendental en la vida de nuestros alumnos. Durmiendo, comiendo y creciendo a poca distancia de la escuela, los 80 huéspedes de la residencia podrán centrarse únicamente en sus estudios y en su porvenir.

La residencia se ha construido gracias a los esfuerzos de La Salle Foundation, la organización sin ánimo de lucro La Salle, y gracias a los fondos 8xmil asignados a la Iglesia católica.

Desde hace más de diez años, La Salle Foundation, cuyo presidente es nuestro Hermano Armin Luistro, Superior General, lleva a cabo proyectos de solidaridad y desarrollo para promover el acceso a la educación de niños, niñas y jóvenes en los contextos más frágiles donde se encuentran nuestros centros educativos.

La Salle Foundation presentó este proyecto a la Conferencia Episcopal Italiana que, con fondos 8xmil, ha hecho posible el cambio para nuestros alumnos.

En las dos primeras semanas de febrero, parte del equipo de La Salle Foundation viajó a Sri Lanka e India para visitar obras lasalianas como ésta, en beneficio de los más vulnerables.

A pocos pasos de St. Xavier, los Hermanos de La Salle dirigen una escuela de construcción más reciente, Lasallian Educational Campus, que acoge a niños de 3 a 10 años. La particularidad de esta escuela es que la lengua de enseñanza es el inglés. Desde muy pequeños, los niños aprenden una nueva lengua, que les abrirá un mundo de nuevas oportunidades, respetando al mismo tiempo sus orígenes culturales tamiles.

También en la capital, Colombo, La Salle ofrece oportunidades educativas a niños, niñas y jóvenes de los distintos barrios y realidades sociales de la ciudad.

Por último, la visita de supervisión de La Salle Foundation finalizó en la India, concretamente en el estado de Assam, al noreste del país.

En esta franja de tierra entre China, Buthan, Myanmar y Bangladesh, los Hermanos de La Salle están construyendo un nuevo centro de formación profesional para dar respuesta a la urgente necesidad educativa de esta zona.

Rodeada de vegetación, la mayoría de la población vive en pequeñas aldeas, lejos de cualquier servicio. Muchos jóvenes se ven obligados a abandonar la escuela debido a esta situación de aislamiento y empobrecimiento y luchan por establecerse en empleos decentes. Con el nuevo centro de desarrollo, La Salle quiere ofrecer a estos chicos y chicas la oportunidad de formarse y convertirse en los trabajadores que la comunidad local tanto necesita.

Una vez más, La Salle consigue llegar a los rincones más frágiles de nuestro mundo y, escuchando las necesidades de las realidades en las que se encuentra, responde con soluciones eficaces e innovadoras que realmente cambian la vida de la comunidad y provocan el cambio que todos queremos ver en el mundo a través de la educación.