image_pdfPDFimage_printPRINT

En el contexto del Año de la Espiritualidad Lasallista, uno de los temas profundizados durante el Programa Internacional de Liderazgo Universitario ofrecido este año por la Asociación Internacional de Universidades Lasallistas (IALU), ha sido justamente “la espiritualidad lasallista como una forma diferente de ver las cosas”.

“Se invitaba a comenzar con la conciencia de la presencia de Dios, pero no solo como una idea abstracta, sino realmente crecer en la conciencia de que el Dios vivo está aquí, está presente”, explica el Hno. William Mann, quien ha hecho parte del equipo organizador del Programa, al detallar que “cuando recordamos la presencia de Dios, es realmente un recordar con conciencia de este ser divino trascendente, un poder sublime y amoroso, que quiere que formemos parte de su amor”.

Para el religioso lasallista, quien fuera Vicario General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas entre 2000 y 2007, la espiritualidad lasallista “es una no solo a hacer cosas buenas, sino también a ser buenos en nuestro contexto educativo, a ser virtuosos y mostrar a los jóvenes con quienes trabajamos cómo aceptar y entrar en relación con Dios, que busca ser uno con nosotros”.

En este sentido, el testimonio es uno de los medios más eficaces para compartir la espiritualidad que hemos heredado de San Juan Bautista de La Salle, recordando que “el Fundador dice con frecuencia que el ejemplo impresiona a la mente y al corazón más que las palabras”, con una invitación especial a “no hagan distinción entre la obra de su perfección y la obra de su profesión”.

El Programa Internacional de Liderazgo Universitario reunión durante dos semanas (del 18 al 31 de mayo), en la Casa Generalicia, en Roma, a 50 lasallistas provenientes de 22 Universidades Lasallistas del mundo.

Dirigido a docentes, investigadores y colaboradores administrativos, este programa se ha posicionado como un espacio de formación integral y permanente para quienes animan la Misión Lasallista en el ámbito de la educación superior.

Este año, el programa ofreció un itinerario formativo en el que, además de la espiritualidad lasallista, se abordaron temáticas relacionadas con la Agenda 2030 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, la perspectiva educativa de la ecología integral y el compartir de “buenas prácticas” por parte de los participantes.

De hecho, de acuerdo con los organizadores, “durante los últimos días se reflexionó sobre experiencias lasallistas y cómo los participantes podrían conectarse para extender estas prácticas significativas en su labor diaria al regresar a sus universidades”.

“A través de las actividades diseñadas para socializar las reflexiones de los diferentes grupos, hemos querido enfatizar la importancia de la escucha entre los participantes, quienes han compartido sus compromisos a nivel personal, regional e internacional”, explica Diana Loera, en nombre del equipo de IALU.

¿Cuáles han sido los mayores aprendizajes? “He comprendido mejor la Misión Lasallista, lo que me ha llevado a redescubrir mi vocación, y regreso a casa con la esperanza de devolver a nuestra comunidad una educación de calidad y atenta”, comenta Marga Marty, de De La Salle-College of St. Benilde (Filipinas).

En el caso de Ulises Montes, de la Universidad La Salle Bajío (México), “el liderazgo lasallista debe tener una visión global y comprometida (…). Estamos llamados a la formación de líderes lasallistas que tengan esta visión global con una acción local, con una incidencia local”.

“La celebración final y la experiencia espiritual en el Santuario de San Juan Bautista de La Salle, así como la peregrinación por el Año del Jubileo, marcaron el cierre de un itinerario de dos semanas en el que aprendimos a ‘caminar juntos’”, concluye Diana Loera.