image_pdfPDFimage_printPRINT

“No basta con decir ‘fratelli tutti’ (“hermanos todos”), hay que decir también ‘juntos’, pues el Papa nos invita a caminar juntos, a soñar juntos”. Con esta frase iniciaba su intervención Mons. José Rodríguez Carballo, secretario del Dicasterio para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, ante un grupo de más de 60 Hermanos de 14 Congregaciones religiosas, que desde el 9 de septiembre y hasta el 7 de octubre participan en el programa de formación de acompañantes: “Caminando juntos”, liderado por el equipo intercongregacional “Tutti Fratelli” (“Todos somos hermanos”).

El encuentro tuvo lugar en la Casa Generalicia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas el pasado viernes 22 de septiembre y contó con la participación de seis Superiores Generales de Congregaciones Religiosas de Hermanos: el Hno. Armin Luistro, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas; el Hno. Ernesto Sánchez, de los Hermanos Maristas; el Hno. Francisco Javier Hernando, de los Hermanos de la Sagrada Familia; el Hno. Marco Albani, de los Hermanos de Nuestra Señora de la Misericordia; el Hno. John Kallarackal, de los Hermanos de San Gabriel; y el Hno. Hilton Mark, de los Hermanos del Sagrado Corazón.

Acompañar y soñar

Durante la conferencia, Mons. Carballo hizo un balance sobre la realidad de la vida consagrada, insistiendo en la importante misión de los formadores de “acompañar y ayudar a despertar la capacidad de soñar en los jóvenes” que aspiran a la vida religiosa.

Si bien es cierto que el impacto por la disminución y el envejecimiento en la vida religiosa no es menor, y bien podría expresarse en imágenes como el “caos” y el “invierno”, como explicó el prelado español, también es claro que “las crisis no son negativas, pues nos invitan a ‘acrisolar’ el sentido de la vocación, a ‘purificarnos’ (…). En últimas son un llamado a la creatividad y al profetismo”.

“Debemos seguir formando a los laicos, compartiendo nuestra misión con ellos y animando su protagonismo (…), pero también es necesario plantearnos que en muchas situaciones hay que abandonar obras para crear, de modo que no terminemos siendo sepultados por ellas”, agregó Mons. Carballo, refiriéndose a la necesidad de redimensionar algunas estructuras: “les invito a preguntarse: ¿podemos mejorar nuestras estructuras? ¿ellas nos permiten vivir y mostrar la belleza de ser hermanos?”, interpeló.

Comunión e intercongregacionalidad

Al final de su intervención, el secretario del Dicasterio para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica animó a los Hermanos a seguir apostando por el encuentro, el diálogo, la calidad de la vida afectiva, la comunión y la vida fraterna: “el futuro de la vida consagrada pasa por la comunión y la intercongregacionalidad”, dijo, agregando que “no hay un Instituto que sea tan rico para dejar de recibir de otros, ni un Instituto que sea tan pobre, que no pueda dar o aportar a los demás”. En este sentido, “la comunión exige caminar juntos, colaborar en la misión y poner el carisma al servicio de los demás, como lo hicieron cinco congregaciones que decidieron ponerse de acuerdo para sacar adelante, entre todas, un hospital”.

El encuentro concluyó con la celebración de la Eucaristía en el Santuario de San Juan Bautista de La Salle, presidida por Mons. José Rodríguez Carballo, para dar gracias a Dios por la vocación y el servicio de los Hermanos en la Iglesia.