En el marco de la celebración del Año de la Espiritualidad Lasaliana y del 75.º aniversario de la proclamación de San Juan Bautista de La Salle como Patrono Universal de los Educadores, el pasado 14 de mayo se realizó el Primer Encuentro de la Familia Carismática Lasaliana en la Casa Generalicia, en Roma, con la participación del Hno. Armin Luistro, Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, de varios miembros del Consejo General y de algunos representantes de diversos institutos de vida consagrada y de asociaciones laicales que encarnan el carisma del Fundador.
Entre las congregaciones religiosas femeninas que hicieron parte del encuentro, estuvieron las Hermanas Guadalupanas de La Salle, La Salle Sisters de Vietnam y University Sisters of Assumption. En el caso de las Servantes Lasalliennes de Jesus, no pudieron participar debido a la grave situación socio-política de Haití.
De igual forma, estuvieron presentes algunos miembros de grupos laicales, como la Fraternitá Signum Fidei, Fraternités de Francia, Associati y Sorelle Educatrici Lasalliane.
Un carisma común que se renueva
“Las familias carismáticas son una realidad y una bendición en la Iglesia y, lo más importante, son signos de la vitalidad de un carisma común que se renueva y responde a las realidades de hoy y de los lugares donde hacemos presencia y vivimos la misión”, ha dicho el Hno. Carlos Gómez, Vicario General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, en la apertura del encuentro.
En este sentido, al recordar que “la unidad en la diversidad” es cada vez más necesaria “cuando el mundo reclama signos proféticos, instituciones creíbles, cercanía de la Iglesia a las necesidades de nuestros pueblos, y propuestas que convoquen a muchos a vivir la acción del Espíritu y la fraternidad universal”, el Hno. Carlos alentó a asumir el desafío de “la unidad en la misión y la comunión sin uniformidad”.
A propósito del profetismo lasallista, el Hermano Vicario General también planteó la posibilidad de que “como familia carismática, presente en muchos países del mundo, en diferentes contextos, obras, y misiones particulares, además de nuestra común espiritualidad, tuviéramos una voz común a nivel mundial, una palabra profética, una invitación constante dirigida a la defensa de los derechos de los niños y las niñas, y al derecho a la educación de calidad de los más pobres y vulnerables”.
“Si está unida, la familia es más fuerte”
Por su parte, el Hno. Mario Chiarapini, Director de la Oficina de la Familia Carismática del Instituto, destacó que este encuentro es el comienzo de un diálogo en el que se reconoce que “cada familia es un lugar de encuentro y de compartir, donde aprendemos a amarnos y apoyarnos unos a otros”, se fortalecen los vínculos y “se promueve el sentido de pertenencia”, con la certeza de que “si está unida, la familia es más fuerte” y, por tanto, podemos “ayudarnos mutuamente a afrontar los retos futuros”.
Entre las perspectivas y orientaciones propuestas al final del encuentro, el Hno. Mario presentó una decena de propuestas para la Familia Carismática Lasaliana:
- Vivir en comunión unos con otros, apoyándonos con la oración.
- Iniciar y facilitar el entendimiento mutuo y el diálogo entre nosotros para el enriquecimiento mutuo y la colaboración.
- Promover la comunión entre las diferentes vocaciones y la corresponsabilidad de sus miembros, siguiendo el camino concreto de la sinodalidad.
- Promover el estudio de la identidad y función específica de cada grupo para un más efectivo desarrollo y acción en beneficio de la misión.
- Comenzar a crear complementariedad y corresponsabilidad entre todos al servicio de la misión, y trabajar en estrecha colaboración por la misión educativa común.
- Evaluar la posibilidad de realizar cursos de formación, de manera conjunta, en beneficio de los diversos miembros.
- Buscar juntos posibles caminos para responder a los diferentes desafíos que surgen en los procesos de compartir y actualizar el carisma.
- Compartir e intercambiar las múltiples experiencias que potencian el carisma para el enriquecimiento mutuo.
- Profundizar en las posibilidades y modos de vivir la comunión de las diferentes vocaciones y estados de vida inspirados y desarrollados por un mismo carisma, recordando que, antes de “hacer” obras lasalianas, está nuestro “ser” lasalianos.
- Realizar algunas obras conjuntas en favor de los más desfavorecidos o de los suburbios o colaborar más entre nosotros para llevar adelante mejor algunas obras existentes.
El camino por recorrer abre múltiples oportunidades desde la “cultura del encuentro” y en el espíritu de ser una sola familia carismática lasaliana (“one La Salle”). Desde el portal www.lasalle.org continuaremos visibilizando la identidad y la misión de las congregaciones femeninas y de los grupos de laicos que hacen parte de la gran familia carismática lasaliana.